miércoles, 5 de junio de 2013

JUAN CARLOS COBOS DE PUNTA ALTA AL MUNDO

Nació en Punta Alta, muy cerca de la ciudad de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires. Era un niño, cuando sus padres se trasladaron a La Plata. Estudió en el colegio industrial, egresando como técnico. Pero su inquietud era la música. Estudió guitarra y canto en un conservatorio de esa localidad.
A los 17 años, debutó con el Cuarteto Lucini de La Plata, pasando luego a la orquesta del pianista Ernesto Darío Saborido. Fue convocado más tarde, por la orquesta dirigida por el binomio Alberto Forti (pianista) y Jorge Parodi (violinista), compartiendo los cantables con Jorge Miranda. Para aquel entonces, Lorenzo había adoptado un nombre artístico: Alberto Ortiz. Con el tiempo, ambos cantores se convertirían en importantes figuras del tango pero con los nombres de Jorge Sobral y Juan Carlos Cobos, respectivamente.

A partir de 1951, la orquesta de Osvaldo Pugliese sufrió el alejamiento de su cantor Jorge Vidal, quedando a cargo de Alberto Morán la responsabilidad vocal. Al Iniciarse el año 1953, el director resolvió incorporar a otro cantor y organizó una selección. Lorenzo, motivado por sus amigos, se presentó a la misma. Luego de algunas pruebas, resultó elegido.

Seguramente, la causa de esa decisión se debió a la calidad interpretativa del postulante, a lo que se sumó, su registro de barítono —de muy buena coloratura—, su expresivo fraseo y la muy buena adaptación al ritmo de la orquesta.

Comenzó en marzo de ese año, ya con su nombre artístico: Juan Carlos Cobos. En sus presentaciones, tanto en la radio como en los bailes, recibió una importante acogida del publico admirador de Pugliese.

Debutó en el disco en mayo, a dúo con Alberto Morán, con “Caminito soleado”. En junio, registró “Olvidao” y, al mes siguiente, el tango que lo consagraría: “Milonguera”; finalizando el año con “Es preciso que te vayas”. En 1954 continuó grabando algunos temas más, siendo su último registro y a mi gusto el mejor, su versión de “Te aconsejo que me olvides”.

Pienso que Cobos participó de la mejor época de Pugliese. El que escribe la vivió plenamente. Las presencias de Morán con sus éxitos: “Pasional” y “La última copa”, que paralizaban a las parejas al bailar y un Cobos que con su estilo entregaba su personalidad y talento. También hay que agregar al irremplazable violinista Enrique Camerano, quien junto a Oscar Herrero, Julio Carrasco y Emilio Balcarce integraban la excelente batería de cuerdas. Sin olvidarnos de la viola de Francisco Sanmartino y, por supuesto, la línea de bandoneones con el querido Osvaldo Ruggiero, Jorge Caldara, Esteban Gilardi y Roberto Peppe, además de don Aniceto Rossi con su contrabajo y su inolvidable solo de “Canaro en París”.

Es difícil olvidar esta etapa tan brillante, por eso al recordar a Cobos, no puede pasar por alto esta evocación y un recuerdo para Mario Soto, presentador de la orquesta.

Después, tuvo una breve temporada con Miguel Caló y una larga gira por Europa, con la compañía de Celia Queiro-Jorge Lanza, a mediados de 1955. Dado el éxito de la misma, decidió radicarse en España, y allí formar su propia compañía, integrada por bailarines y músicos. Presentó su espectáculo con mucho éxito en Francia, Italia, Bulgaria, Portugal, Yugoslavia y en los países escandinavos. Actuó también, en países con idiomas e idiosincrasias muy distintas a las nuestras, como Turquía, Grecia, Líbano, Irak, Libia, Egipto, India y Senegal.

A fin de la década del sesenta, emprendió el regreso al país, realizando algunas giras, pero ya radicado definitivamente en la Argentina.

En Buenos Aires, podemos destacar sus actuaciones en “Caño 14”, en “Michelangelo”, en la televisión en los programas “Grandes valores del tango ”, “El Tango del Millón”, entre otros.

En 1978, graba su último disco, un larga duración para el sello B.G.M.-Magenta. Escribió una docena de tangos, entre ellos la letra de “Me vi sin fe (En el remate) ”, cuya música es de Carlos Olmedo.

Murió en la ciudad de La Plata a los 71 años.

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